W. B.
A Walter Benjamin in memoriam
Llega con poca ropa
a Moscú,
siente que el frÃo
traspasa la cartografÃa de su piel.
Va a visitar
a Asia,
ella lo ignora
a través de los malabarismos
del desdén.
W.B. se siente
más huérfano que nunca
ni siquiera se consuela
al ser un incansable flaneur.
Se desmoronan
sus expectativas
ante la desmesura de la realidad.
W.B. ya no está iluminado,
la derrota lo avasalla,
ni siquiera
el pensamiento es su refugio seguro.
La lluvia lo conduce
a su melancolÃa congénita,
W.B. se resguarda
en el ápice
de una gélida noche,
signo de su derrota.