Breve
Para René Avilés Fabila
No hay que menospreciar las letras
ni la voz de los anteojos.
Asombrarse es la suerte del tacto
y el porvenir es un río de historias
cosidas en el mismo pañuelito blanco.
Los alimentos se inquietan en el estómago,
se une el presente a las regiones de las despedidas
y la sangre reclama su diestra a la siniestra.
El amor cifra toda la existencia.
Ascendemos al cielo penando en la escritura.
Efímeros somos.
Prolongamos las alas que acarician los labios que relamen
la luz de los Ángeles.
Alabo la lluvia con la voz de la poesía y
limpio mis ojos.
De nuevo es casi noviembre.
www.yliakazama.com